Toca pensar en cómo construir una nueva normalidad. Un periodo en el que el coaching puede ser una herramienta escondida que pueda ayudar a las compañías a mejorar su sostenibilidad y productividad.
La pandemia de la COVID-19 ha generado grandes turbulencias en la actividad económica y dentro de las empresas. Sus efectos han sido realmente demoledores como se observa en las cifras de afiliación a la seguridad social o de desempleo. Sin embargo, afrontando el proceso de desescalada, toca pensar en cómo construir una nueva normalidad. Un periodo en el que el coaching puede ser una herramienta escondida que pueda ayudar a las compañías a mejorar su sostenibilidad y productividad.
A modo introductorio cabe reseñar que el coaching consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Es la idea base sobre la que se cimenta esta práctica que puede cobrar más importancia de la que podríamos pensar a partir de ahora. Según explica Mayte Tortosa, CEO y fundadora de YUcoach, en los procesos de coaching trabajamos por un objetivo concreto, al que quiere llegar la empresa, y que se personaliza en el objetivo SMART (acrónimo del inglés que significa específico, medible, alcanzable, relevante y temporal) de nuestros usuarios: únicos e irrepetibles. “Tras completar los procesos, las compañías constatan un aumento de la productividad”, resalta. Por el contrario, no se trata de un incremento de la capacidad de producir solo en el corto plazo, ya que durante el proceso se ayuda al usuario a estar enfocado hacia su objetivo. “Hacemos que piense de una manera más creativa y diferencial y buscar el mejor camino para lograrlo, sino porque a medio plazo, nuestro coaching contribuye a sostener la motivación en el tiempo, que precisamente es clave para mantener la productividad aun habiendo finalizado el proceso”, expone la experta.
LA FORMA DE CONTRIBUIR EN LA “NUEVA NORMALIDAD”
Tal y como expone Tortosa, el coaching es el nuevo aliado no solo para los empleados, sino también para las compañías en la era post Covid, en tanto que contribuye a una vuelta a la actividad y a la gestión de los cambios que surgirán tras la crisis de la COVID-19.
¿A qué se debe? “Porque es importante asumir cuanto antes el nuevo contexto y hablar de realidad, en lugar de nueva realidad”, comienza analizando la fundadora de YUcoach. “También, porque tenemos que ser conscientes de que los cambios permanecerán y tenemos que aprender a convivir con ello y ser ágiles y flexibles para adaptarnos”, añade.
A tenor de sus palabras, el coaching contribuirá a la gestión de los cambios promoviendo en las personas el pensamiento y la acción. “Haciendo un símil, podemos decir que el coaching es la ‘vacuna’ para prevenir y tratar determinadas enfermedades contagiosas como la desmotivación, la falta de enfoque, la apatía, la inacción etc. porque estimula la generación de ideas llevadas a la acción(‘anticuerpos’) para la productividad, con lo que se consigue una ‘inmunización’ para el medio y largo plazo”, ejemplifica.
HERRAMIENTA PARA MEJORAR EL ESTRÉS, LA MOTIVACIÓN O LA CREATIVIDAD
Tortosa expone que el coaching contribuye a que tanto las organizaciones como los empleados gestionen mejor la vuelta a la normalidad y la actividad. “Durante estos días lo estamos comprobando con nuestros clientes: cómo a través de las sesiones y con el enfoque del coach, logran alcanzar ese objetivo, aprendiendo a convivir con los elementos externos, para que no impacten en su motivación, se concentren en gestionar lo que depende de ellos (teletrabajo, convivencia familiar etc.) y se impulsen a través de la innovación y creatividad para encontrar el camino hacia su objetivo”, comenta. De este modo, mantienen su productividad, o incluso, la mejoran, según esta reflexión.
Por tanto, de manera generalizada, se entiende que lo más importante en contextos de crisis como el actual es aprender a convivir con los cambios. “A través del coaching, generamos y entrenamos un pensamiento abierto al cambio, para que, en lugar de tenerle miedo, vértigo, nos preparemos para afrontarlo y salir reforzados; es más, el coaching es una manera de promover cambios en las personas a través de las acciones, por eso, consigue que se adapten a los mismos de manera natural”, asegura Tortosa.
LA ADAPTACIÓN DEL COACHING COMO MÉTODO FUNDAMENTAL
La siguiente gran cuestión que cabría plantearse es si las empresas van a adaptar cada vez más herramientas de coaching como un método esencial. En este sentido, Tortosa cree que vamos a tener que convivir con continuos cambios que impactarán sobre las organizaciones y éstas tendrán que contar más con servicios personalizados como el coaching para aprender a navegar en este nuevo entorno.
Con todo y con ello, el coaching tiene por delante retos que debe superar. “Si algo demuestra esta crisis es que se impone dejar de considerar el coaching como un servicio caro, puntual solo para los ejecutivos o directivos”, dice Tortosa.
El coaching profesional es un servicio para empresas que permite un desarrollo personalizado. Para YUcoach es una herramienta de desarrollo profesional muy potente y no debería limitarse a puestos de dirección, sino que tendría que aplicarse a cualquier perfil de la empresa que tenga potencial y que lo necesite. Tanto, que ha conseguido que sea una herramienta de desarrollo profesional más en la empresa, escalable, esté donde esté el profesional, ya que permite utilizarla en cualquier puesto, sin perder calidad y dando un servicio trazable y homogéneo.
Otro desafío al que se enfrenta el coaching es el de ponerse al servicio de la sociedad con espíritu de ayuda y no tanto de negocio. “Es momento de que todos rememos en la misma dirección y que tratemos de que el coaching, que va a ser muy necesario en estos tiempos, pueda llegar a todo tipo de empresas y perfiles”, concluye Tortosa.