¿Te ha pasado alguna vez que las cosas empezaban a irte bien, que estabas teniendo por fin esa pareja con la que habías soñado, o empezabas a ganar más dinero de lo esperado, o estabas de repente teniendo éxito en tu trabajo… y de pronto ocurría algo y todos esos logros en el amor, dinero o trabajo desaparecían como por arte de magia?
¿Por qué a los seres humanos nos cuesta ser felices todo el tiempo y disfrutar?
La respuesta está en la supervivencia. Durante cientos de miles de años el ser humano ha tenido que luchar para sobrevivir. De hecho la esperanza de vida hasta hace un par de siglos era muy baja. Ya lo dijo Darwin: No sobrevive la especie más fuerte, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio. Y la vida en la tierra no ha sido tan fácil. Sólo el que evolucionaba se quedaba.
Sin embargo nuestra mente, especialmente nuestro cerebro reptiliano, el que está enfocado en sobrevivir y no ser feliz, es el que nos mantiene en un constante estado de alerta. Heredamos de nuestros antepasados el miedo, los peligros, los infortunios, los traumas que ni siquiera conocemos, que se quedan impregnados en nuestro ADN.
Y ahora que ya sabes todo esto, paso a hablarte de las 4 creencias que nos bloquean y sabotean nuestra felicidad y éxito en distintos ámbitos de la vida.
Creencia 1: “Algo no está bien en mí”
Ésta es una creencia muy arraigada, muy típica, muchos, por no decir la mayoría de los seres humanos, nacemos con ella. Y digo nacemos porque se trata de que traemos una culpa inconsciente, que no sabemos de dónde parte, y que nos hace sentir malos o no suficientes en esencia, poco merecedores, indignos…
Esto puede tener por supuesto influencias religiosas que no tienen por qué ser nuestras, sino de nuestros padres, abuelos y bisabuelos que han vivido con miedo y para los que la palabra “pecado” era algo que temían y que pesaba sobre sus cabezas.
Significa que aún antes de nacer, incluso en el vientre materno o en el momento de ser concebidos no fuimos deseados o hubo un conflicto en la vida de nuestros progenitores que éstos trasladaron al futuro bebé de manera inconsciente.
Un niño que nace en un seno familiar donde hay conflictos en la pareja, si no ha sido deseado por uno o ambos progenitores, si su llegada al mundo supuso algún drama familiar o si lo nació en circunstancias adversas (por ejemplo una guerra o una difícil situación económica), lleva la carga inconsciente de que tiene la culpa de que su familia no sea feliz a raíz de su nacimiento.
Puede que conozcas las circunstancias de tu concepción y nacimiento pero puede que no. En realidad lo que importa es que te preguntes honestamente: ¿me siento poco merecedor de éxito y no sé por qué? Si este es tu caso, trabajar con esta creencia sería de gran utilidad para ti.
Creencia 2: “Lealtad a mi clan”
Esta creencia es muy potente también porque tiene que ver con el amor y la lealtad a tu familia, tanto la actual como la de tus antepasados que ya ni siquiera están vivos. Los lazos familiares son muy fuertes y como explica el transgeneracional, existen programas inconscientes que influyen directamente en multitud de acciones, pensamientos, creencias y emociones que traemos de serie.
Además, el ser humano tiene una gran necesidad de pertenencia. El rechazo y la soledad es uno de los miedos más grandes que tenemos las personas. De ahí que sentirnos amados y aprobados por nuestro clan familiar es tan importante.
¿Pero qué pasa cuando esa lealtad a tu familia hace que no progreses en tu vida? ¿Qué ocurre cuando tener éxito en las finanzas supone ganar más que tus padres, hermanos o ancestros? ¿Qué sucede cuando en la historia de tu familia todas las mujeres se quedaban viudas y no eran felices en el amor o todas las relaciones acababan en ruptura y de repente tú estás gozando de una relación de pareja plena?
A menudo nos ocurre que inconscientemente sentimos que estamos fallando a nuestra familia por tener demasiado éxito en ciertas áreas de nuestra vida y auto saboteamos el éxito mediante peleas, discusiones o miedos irracionales.
Si ahora te has dado cuenta de que el área de tu vida que más saboteas tiene que ver con serle leal a tu clan, necesitas trabajarte esta segunda creencia para que no te bloquee en el futuro.
Creencia 3: “Mi éxito es una carga para los demás”
Esta tercera creencia es también muy común, conocida también como el miedo al éxito. En principio parece paradójico: todos queremos triunfar. Sin embargo alrededor de la palabra éxito existen muchas creencias limitantes y algunas de ellas tienen que ver también con nuestra familia.
Tiene mucha relación con la primera creencia en el sentido de que si nuestro nacimiento (algo que debería considerarse un éxito: una nueva persona viene al mundo) ha sido visto como una carga (es decir, ha supuesto dificultades añadidas a nuestros padres, porque no tenían dinero, tiempo para nosotros o porque fuimos niños “difíciles”), entonces puedo asociar la idea del éxito con la idea de carga.
Los seres humanos tenemos la capacidad de elegir siempre: puedo ver la parte positiva del éxito, así como la negativa. Es cierto que triunfar conlleva ciertas responsabilidades o visibilidad, por ejemplo a nivel profesional, pero soy yo quien decide si centrar mi atención en la parte positiva o la negativa.
Si tienes miedo al éxito o lo consideras una carga, puedes indagar sobre tu nacimiento, sobre lo que significaste para tus padres… pero no te quedes ahí, recuerda que lo importante es trabajarte las creencias saboteadoras que detectes en ti.
Creencia 4: “Si tengo éxito en la vida, no dejaré a otros brillar”
Aquí ya hablamos más de una creencia adquirida, especialmente en los primeros años de la infancia. A muchos nos enseñaron que no debemos brillar, que no debemos mostrar nuestra valía, que debemos parecer humildes, no destacar… porque si destacamos haremos sentir incómodos a otros.
Así, algunos nos hemos pasado la vida en segundo plano, temiendo molestar a otros con nuestra luz, no mostrando nuestros talentos, rebajando nuestras cualidades y haciendo de la modestia más extrema nuestra mayor virtud.
Es cierto que cuando brillas puedes molestar a alguien, pero esas personas seguramente no serán las que tengan que quedarse a tu lado. Es verdad que destacar tiene un precio y que a aquellos que no se permiten brillar tu éxito puede hacerles sentir inferiores. Pero lo que no podemos permitir es dejar de ser nosotros, porque en mi humilde opinión creo que todos hemos venido a brillar a este mundo.
No me refiero a brillar en el sentido egoísta, sino brillar con luz propia, mostrando lo mejor de nosotros al mundo, llevando nuestros talentos a los demás. Absolutamente todos tenemos talentos, capacidades, fortalezas… y reprimirlo sólo por el hecho de que pienso que a alguien le va a molestar, es totalmente absurdo.
Al fin y al cabo cuando estemos despidiéndonos de este mundo, nos preguntáramos seguramente: ¿Ha valido la pena mi vida, he dejado este mundo un poquito mejor, he aportado valor a otras personas?
Lo más doloroso sería arrepentirnos de no haber vivido nuestra propia vida por miedo al qué dirán, por miedo a la no aprobación de nuestra familia o porque nos hemos pasado la vida sintiéndonos un fraude o una carga para los demás.